jueves, 4 de diciembre de 2014

Capítulo 3 |Entrégate|

Fanfic


Título: Entrégate.
Autor/a: @JonasftMaroon5.
Sinopsis:
Él es el héroe del Super Bowl, idolatrado por las mujeres y codiciado por los hombres. El mariscal de campo con un lado peligroso. Pero detrás de su temeraria sonrisa, Thomas Blackwell esconde el deseo que aún nadie ha podido cumplir, sin embargo hay un recuerdo que no puede evitar: la noche de graduación de la preparatoria y el alucinante sexo. Cambiaría todos los títulos posibles por sentir el calor de su sensual y desinhibida lujuria, una vez más. Y es posible que tenga la oportunidad porque "él" acaba de ser contratado por el nuevo propietario de los Giants de Nueva York para hacer más angelical la reputación de Thomas. Como consultor de imagen, Ethan Hamilton es un profesional que trabaja para los ricos y famosos. Aunque hacerlo con el hombre que tomó su virginidad y le rompió el corazón hace cinco años no sería fácil. Hasta que lo toca de nuevo. Una caricia y un beso es suficiente para hacer correr electricidad por sus rodillas, y pronto los negocios y el placer extremo son mezclados. Pero sabiendo el peligro que representa este chico malo en su corazón, Ethan está decidido a mantener distancia. Sin embargo, Thomas tiene su propio plan de juego. Cuanto más mal se porta, Ethan tendrá que vigilarlo más y cuanto Thomas más puede dar algunas emociones muy reales, más le mostrará lo divertido que es ser malo.
Capítulo: 3.
Género: Romance, yaoi.
Personajes: Thomas Blackwell, Ethan Hamilton.
Link: http://www.wattpad.com/83653850-entrégate-cap%C3%ADtulo-3.
Saldrá semanalmente.


Capítulo 3

Ethan se paró cerca de la ventana de su oficina, se sentía orgulloso y aún nervioso. Mientras soplaba el vapor que subía de su café, miró para el puente de la Bahía, los barcos de pesca motorizados en sus muelles y las nuevas madres empujando carritos de bebés a lo largo del embarcadero y sonrió. Iba a tener que trabajar como el infierno para pagar la astronómica hipoteca mensual, pero la compra del edificio estrecho y de piedra frente a la bahía había sido una decisión acertada. Lo sentía en el fondo de sus entrañas.
Solo que debería ser un poco menos exigente sobre los clientes que había tomado temporalmente y asumir tanto trabajo como pudiera. Ninguno era gran cosa, ya había hecho esto antes y lo haría de nuevo.
Ethan sabía la suerte que tenía por gustarle tanto su trabajo. Había prosperado en los desafíos de ser un consultor de imagen y tenía una enorme prisa en aumentar su empresa. Acababa de contratar dos asistentes a media jornada y planeaba ser un gran profesional de las grandes ligas en diez años.
Amily, una compañera y amiga de Stanford, y la primera contratada dos años atrás, metió la cabeza dentro de la oficia, atravez de las puertas dobles. Un consultor de feng shui, regalo de su madre, le había recomendado el tipo de puertas para traer energía extra a sus negocios. Era estúpido creer en ese tipo de cosas, Ethan lo sabía, pero lo hizo por quitarse de encima a su loca y cariñosa madre.
Ethan había sido un ingenuo por dejar que su madre se sintiese incluida en su vida, pero al final le gustaba el tipo de puertas que se habían elegido.

—Perdona que te moleste incluso antes de entrar — le dijo Amily —pero creo que deberías atender esta llamada.

— ¿Uno de nuestros clientes? —Preguntó Ethan.

—No, —le dijo Amily claramente excitada —no aún, de cualquier modo.
Amily sabía que los grandes clientes significaban mucho dinero. Tal vez las preocupaciones financieras de Ethan podrían solventarse. —El gerente general de los Giants está esperando por la línea uno —terminó Amily claramente emocionada.

Una sensación incómoda y un escalofrío lo atravesaron. 
Incluso cuando su oficina estaba a pocas manzanas del nuevo estadio al lado de la Bahía, nunca había ido a un juego de los Giants. 
No podía, no cuando su mayor error había sido el mariscal de campo estrella del equipo.
El café se cuajó en su estómago con una premonición dolorosa. Necesitaría estar ciego para no notar los fracasos de Thomas con los medios. El chico era un total desastre.
Ethan permaneció en la seguridad del quicio de su puerta como si se estuviese escondiendo de un terremoto, incapaz de pensar o de moverse.
Solo podía acordarse de la noche más importante y desastrosa de su vida.

*FlashBack*

Era la noche de graduación en el instituto y todos los profesores de Ethan lo felicitaron por ser el mejor de su generación. Él iría a la universidad de Stanford en otoño y, aunque estuviese a menos de dos horas de casa, estaba excitado por la oportunidad de irse y volverse una persona nueva.
De alguna manera había llegado a los dieciocho sin haber sido besado realmente. 
Cierto que una tipa borracha en una fiesta, una vez lo había babeado todo antes de empujarlo lejos, pero eso no contaba.
Nadie le creería si contase la verdad. No es que fuese a hacerlo, claro. ¿Qué sentido tenía el haber construido su imagen por los últimos tres años si la estropeaba anunciando a todo el mundo que no podía atraer a nadie aunque su vida dependiese de ello?
Especialmente no a un sujeto súper sexy como Thomas Blackwell, él sabía que era estúpido pensar en el tipo de la manera en la que él pensaba. Durante tres años se habían cruzado por los corredores pero, nunca había hablado con él. Ethan estaba en la clase de honor, mientras que Thomas era casi despreciado por sus tutores. 
Era el mejor jugador de futbol del instituto en el condado. 
Thomas estaba constantemente rodeado por sus compañeros de equipo y el grupo de animadoras. Era su corte. Y apostaba todo a que había salido con todas aquellas chicas.
Podía oírlo riendo mientras bailaba en un círculo de amigos y había algo en su sonrisa que atravesó su columna y se instaló en el estómago de Ethan. 
Ethan no era un antisocial, pero nunca se había sentido a gusto en fiestas salvajes, nunca había tenido un gran gusto por el alcohol y nunca había sentido la tentación de las drogas o los cigarros.
No pretendía perder el control que había construido alrededor de toda su vida. Si su lengua se soltase por el alcohol o por la drogas ¿Quién sabe lo que diría? ¿Qué tendría que admitir? Muy pronto el castillo de naipes que era su vida podría venirse abajo y todo estaría arruinado.
Aun así, se sentía increíble y terriblemente tentado por Thomas, un chico rebelde.
Felizmente, la tentación pecadora que Thomas encarnaba estaba fuera de su juego. 
Si existía tal cosa como un imán para chicas atractivas, Thomas lo tenía. Ningún chico del instituto debía ser tan alto, tener los hombros tan anchos o los ojos azules tan rebeldes.
Ciertamente Ethan no se consideraba “gay”. 
Al principio pensó que su repentino interés por Thomas era simplemente mera admiración por el chico, una admiración de ser como él, un simple modelo a seguir, pero con el tiempo Ethan se percató que los sentimientos hacía Thomas se intensificaban por el simple hecho de verlo a diario. Cierto que las chicas también le llamaban la atención, eran lindas y en varias ocasiones se planteó tener una novia pero fue vilmente rechazado, ¿acaso todas las mujeres de ese instituto estaban rendidas ante Thomas Blackwell? 
Pero tampoco podía culparlas, incluso el mismo estaba cayendo por el tipo.

Pero no iba a gastar su última noche en el instituto babeando por un tipo fuera de su círculo, observándolo con un absurdo deseo mientras él se alababa con algunos de sus colegas. 
Era patético. 
Ethan encontró la salida más próxima y se fue hacia allá.

Segundos después de cerrarse la puerta tras él, oyó que se abría nuevamente. Un escalofrío recorrió su columna y no tenía nada que ver con la brisa que soplaba en la Bahía. Apoyado en la baranda de metal, atravez de su fino traje podía sentir la barra fría contra su piel súper caliente, vio al chico que tanto deseaba seguirlo lentamente.
Era estúpido, patético y vergonzoso admitirlo, pero él había fantaseado sobre ese momento muchas veces.
Pero ahora que estaba parado frente a él, ahora que lo estaba mirando con aquellos increíbles ojos azules, lo suficientemente cerca para tocar su brazo si quisiese, no podía distinguir lo alto de lo bajo, lo negro de lo blanco, mal podía incluso acordarse de su propio nombre.

—Soy Thomas —dijo él y Ethan movió la cabeza estúpidamente.

—Lo sé.
Los labios magníficos de Thomas se curvaron en una línea perfecta. Era incluso más guapo de cerca, como un dios griego tomando vida.

—Tú eres Ethan — le dijo

—Lo sé — nuevamente sonaba como un completo estúpido.

— ¿Sabes lo que quiero hacer, Ethan? — preguntó mientras Ethan solo conseguía mirarlo fijamente. Sus labios se separaron ligeramente y Ethan contenía la respiración esperando lo que iría a decirle. Los ojos de Thomas lo mantenían quieto y su deseo era casi desesperación. — Quiero besarte — su voz era un susurro — realmente quiero que me beses.
Ethan pestañeó de repente con miedo. No sabía cómo besar. ¿Y si se reía de él? Se moriría si se riera de él. — ¿No quieres besarme, Ethan? — ¿Era una broma? Definitivamente esto debía ser una broma, Ethan tenía frente a él al tipo más heterosexual de todo el instituto pidiéndole que lo besare, era una broma, definitivamente todo eso no podía ser real.


—Sí, quiero — dijo, ignorando la parte de su cerebro que le gritaba que parase, que esto no era real, que era una broma.

—Bien
Aquella pequeña palabra se movió a través de Ethan con intensidad. Y Thomas la dijo nuevamente.

—Bien — algo caliente se deslizo por su ingle. Lo quería más que cualquier cosa en su vida.
Se aproximó al chico por el que sentía pasión y se puso en la punta de los pies para acercarse más a su boca pecaminosamente perfecta. Thomas inclinó su rostro hacia abajo y él levantó una mano para acariciar la línea de su mentón, pasó el dedo pulgar por su mejilla, tocó la suave sombra de barba...

Estaba tan involucrado en aquel mero toque de piel contra piel, que se olvidó de apretar sus labios contra los de él.
Era una buena cosa que Thomas no se extrañase de aquella lujuria, porque no esperó a que saliera de su trance. En vez de eso, tomó lo que quería y a Ethan le gustó ser lo que él quería.
Le cogió el rostro entre las manos, sus labios rozaron la piel sensible y Ethan se estremeció por las sensaciones deliciosas que lo atravesaron. Quería tocar la boca llena y perfecta con la suya y la necesidad era tan cruda y desesperada que acabó encontrando sus labios con su lengua.
La lengua traviesa de Thomas haciéndose camino entre los labios, pasando a lo largo de sus dientes. Ethan sintió que el interior de su boca era explorada a fondo haciendo que todo su cuerpo se estremeciera por las sensaciones que lo atravesaban en ese momento.
Un placer intenso rugió atravesando su cuerpo mientras se besaban y la lengua de Thomas encontró un punto sensible en el borde de sus labios. Aproximándose aún más, Ethan instintivamente movió sus caderas, notando la erección de Thomas contra su estómago.

— Basta de juegos — gruñó Thomas tomando su boca de manera áspera y fuerte.

Cuanto más le daba, más quería Ethan. Lo besó con su lengua, dientes y manos. Con una furia que combinaba con la de él. Tomando las caderas de Ethan, Thomas lo giro y lo estampo contra la pared más pronta. A Ethan no le importo que alguien saliera y los viese, en ese momento no podía pensar en riesgos no podía pensar en ser descubiertos, eran solo ellos dos besándose de una manera desesperada, como si todo este tiempo hubiesen necesitado uno del otro.
La lengua de Thomas danzaba con la de él, encontrando lugares sensibles que Ethan no sabía que existían. Ethan cogió nuevamente su mentón con las manos para darle mejor acceso a su boca. En ese momento sus manos estaban rasgando la camisa de él, que estaba abierta y caída.

— Tengo las llaves de un barco. —susurro Thomas, entre jadeos.

—Vamos.

Lentamente lo liberó de sus brazos y Ethan podía haber jurado que estaban volando hacia el puerto. Todo parecía irreal, tan perfecto, tan mágico.
Embarcaron en un yate enorme y sus grandes manos le rodeaban la cintura guiándolo atreves del barco.

—Es por aquí — dijo él cuando lo cogió y lo llevó abajo por el corto corredor que daba al camarote. Empujó la puerta para abrirla y una cama tipo King-size lo hizo desviar la mirada. Pero no iba a desistir de lo que quería. No aquella noche. Se sacó los zapatos de golpe y dejó que lo acostara de espaldas en la cama, lo dejó mirarle como si fuese la cosa más bonita que hubiese visto jamás.

Sus dedos pasaron por la piel bronceada y cuando la boca celosa de Thomas pasó la lengua por su pecho, atravez de la tela de la camisa, encima de sus pezones, estos se endurecieron bajo sus labios. Thomas gimió y pasó las manos por el cabello de Ethan mientras él pasaba sus dientes sobre la curva del cuello de Thomas. 
Ethan deslizó las manos bajo la camisa de Thomas, sacándola de sus hombros anchos y entonces Thomas besaba sus párpados, su mentón y el lóbulo de su oreja.
En segundos, la camisa y el pantalón estaban en el suelo, sin embargo, ni una vez había parado de besarle. Vistiendo solamente unos bóxer, la pierna desnuda y caliente estaba junto a la de Ethan, Thomas paso sus dedos por los botones de la camisa de Ethan y con gran maestría logro deshacerse de ella fácilmente.

Y entonces, ¿podía estar esto pasándole a Ethan?, la boca de Thomas estaba en su pezón, ¿Cómo podía haber vivido tanto tiempo sin sentir esto?
Apretó las caderas y sintió un calor correr hasta su entrepierna trazando el contorno de su miembro a través de la ropa interior.
De alguna manera no estaba avergonzado.
Thomas deslizo los pantalones de Ethan y lo pasó por sus caderas, su mano moviéndose hacia las líneas cóncavas de su estómago. Entonces jugó con el elástico de sus bóxers y sus muslos se separaron en una invitación para que él tomase todo lo que quisiese.
Sintió los dedos de Thomas deslizarse por debajo del dobladillo y envolverse alrededor de su miembro, él se había tocado antes, pero nunca se había sentido así. Nunca se sintió como si su mundo entero estuviese girando de adentro hacia afuera, como si el azul fuese verde y el amarillo rojo. Él aspiró su gemido de éxtasis en la garganta, pasando los dedos aún más abajo y más distante, con solo unas pocas caricias, el miembro de Ethan se puso tenso y erguido.

— Por favor —imploró, Ethan sin saber realmente que es lo que le estaba pidiendo.

Pero, en lugar de tomarlo directamente, Thomas movió la boca por el mismo camino que su mano había hecho antes, besando su estómago, bajando cada vez más.

— Por favor — susurró nuevamente, queriendo que Thomas supiese que no podía esperar más.

Ethan mordió su propio labio lo suficientemente fuerte para que saliera sangre y aun así no pudo contener el grito erótico de frustración que brotaba de su garganta. 
Finalmente, cuando Thomas perdió toda la paciencia que tenía, le sacó la ropa interior por completo, y el miembro de Ethan quedo oculto en la boca de Thomas.
Haa…ah… — Gimió entonces, con un sonido largo y bajo. 
Un dedo hizo su camino presionando dentro del interior de Ethan, se sentía apretado y doloroso. Pero podía soportarlo. Presionando en él desde abajo, Ethan apretó los dientes tras la nueva sensación que su cuerpo estaba recibiendo. El dedo de Thomas se movía dentro de él trazando círculos y presionando las paredes de su cuerpo.
¡¿Nnn….nn?!  — Los movimientos en la boca de Thomas se intensificaron. Y Ethan no tuvo más defensas. No por el hecho de que la lengua de Thomas rodeaba su miembro. No por el modo en que el dedo se movía para dentro y fuera de él. Podía llegar a la locura por el placer repentino que lo atravesó, tanto su cuerpo como su alma eran un caos. Le habría prometido cualquier cosa, todo lo que Thomas tenía que hacer era pedirlo. Pero finalmente él no estaba hablando, estaba chupando, lamiendo y besándolo entre sus piernas.
Las caderas de Ethan se arquearon hacia arriba mientras explotaba contra los dientes y la lengua de Thomas. Una sustancia lechosa fluyo del miembro de Ethan, mientras su mente se quedaba en blanco tras el placer otorgado.

Mientras la mente de Ethan seguía en blanco y sus sentidos aún eran un caos, dentro de la densa neblina pudo sentir como sus piernas eran separadas, escucho un envoltorio ser rasgado y lo siguiente que supo fue que algo caliente era presionado contra él.
Quería tocar a Thomas, quería sentir si su erección era tan dura y caliente como había pensado. Todo sobre él estaba hecho para volverlo loco.

—  Por favor — dijo Ethan nuevamente, —  quiero tocarte. Quiero probarte como tú has hecho conmigo.
Thomas gimió y tomó sus labios nuevamente empujando las caderas entre sus piernas.

—  Necesito estar dentro de ti. Ahora.

Y Ethan estaba preparado para él. Desesperado por tenerlo dentro. Con un sollozo que fue mitad dolor mitad placer, Thomas apretó la cabeza de su pene contra él.

— ¿Estás seguro de que va a encajar? — preguntó.

—  Perfectamente — dijo mientras se empujaba completamente en Ethan con la siguiente respiración. Lo extendió y dolió bastante, Ethan apretó los dientes contra el dolor de ser llenado de aquella manera, era una sensación de ser llenado, dentro y fuera, un estremecimiento corrió por su espalda, así como el dolor disminuía relativamente.

Sintiendo el peso del cuerpo de Thomas sobre él, sus caderas se movieron juntas mientras crecía aún más dentro de él. Con cada empuje, con cada golpeteo que Thomas proporcionaba al cuerpo de Ethan el éxtasis crecía aún más dentro de él, el miembro siendo empujado dentro y fuera de él una y otra vez. La sensación de ser llenado de esa manera hacia que las sensaciones que había sentido minutos antes volvieran nuevamente en la base de su estómago. Thomas se hundió hacia dentro y hacia fuera, rápida y lentamente y a cada golpe, a cada beso, Ethan lo recibió con una pasión tan grande y poderosa como la de él.
Se quedó inmóvil, los músculos apretándose bajo las puntas de sus dedos. Iba a explotar dentro de Ethan de la misma manera que él había hecho cuando su boca estaba lamiéndolo. Fue todo lo que necesitó para hacerlo llegar al clímax nuevamente.
Nada en su vida había sido tan bueno.

*Fin del Flashback*

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